Tal mes como hoy, en 1980 (concretamente el día 26), Michael Cimino enseñaba a los productores de la United Artist su montaje para La puerta del cielo. Más de uno pagaría por ver la cara que se les quedó al descubrir que el corte del director duraba 325 minutos. O tal vez ya iban preparados, tras un rodaje que se había extendido por casi un año, con 220 horas de película filmadas y un presupuesto que saltó de los iniciales 11,6 millones de dólares a los 30.
Multitud de anécdotas se han contado sobre la accidentada producción de la película, los devaneos de Cimino y las repetidas tentaciones de echarlo por parte de los que ponían el dinero. La puerta del cielo terminaría por ser un sonoro fracaso tanto en su estreno inicial en noviembre de aquel año (con un corte de 216 minutos), como en la segunda intentona al año siguiente (con una versión reducida de dos horas y media armada por el propio director). Tales fueron las pérdidas, que la United Artists tuvo que ser comprada por Metro-Goldwyn-Mayer. Así, Cimino no sólo truncó su propia carrera tras haber estado en el candelero a raíz de El cazador (1978), sino que se sumó a la corta lista de directores que han sido capaces de hundir estudios enteros sin ayuda de nadie…
PlanoContraPlano 