Tenemos a la vuelta de la esquina la víspera de Todos los Santos, y por mucho que podamos argüir apropiación cultural, omnipresente influencia anglosajona, etcétera, etcétera, lo cierto es que esta noche resulta ideal para una buena sesión de cine de terror. Y como siempre es mejor preparar con algo de antelación, para que no os pille el evento en ropa interior os proponemos algunas películas que pueden amenizaros la velada. Pasaremos por alto la homónima de la noche, de la que ya hemos hablado últimamente, así como las ideas más obvias. Lo cual no quiere decir que las integrantes de la lista sean necesariamente obscuras. Aquí va el menú variado, como es de nuestro gusto:
Dark Water (Hideo Nakata, 2002)
Mientras Hollywood ultimaba la forma en que nos iba a bombardear con remakes mediocres de las fantásticas películas de género que llegaban desde Asia, el director de The ring (1998), una de las pioneras de aquella hornada, estrenaba de nuevo. Puede que Dark Water no fuera la obra maestra que la anterior, pero rallaba a gran altura. Una nueva historia de fantasmas que creaba una sensación de misterio y aislamiento muy personal gracias a su especial cadencia. Con ella Nakata nos removía en el asiento mediante el asedio a una mujer divorciada y su hija, y nos recordaba la importancia de tener un buen servicio de mantenimiento en nuestras fincas.