Decidimos gastar los últimos cartuchos del festival escogiendo las películas por pura intuición, y tanteando trailers para tratar de asegurar un poco más el tiro. El resultado es el siguiente:
Para comenzar, «The selfish giant«, de Clio Barnard, viene precedida por unas muy buenas impresiones generales. Es uno de esos dramas británicos centrado en las clases sociales bajas, tan seco, tan desesperanzado, que cuesta creer que muestre una realidad palpable (cosa más que posible). Cuesta también conectar completamente con él -lo ponen difícil el contexto y los personajes- aunque sí se aprecia una óptica propia, buen hacer y compromiso con la historia. Contiene tantas recompensas como golpes al estómago del espectador. Prohibida para gente con los ánimos bajos.