Archivo mensual: junio 2012

Dylan Dog: Los muertos de la noche

Creo sinceramente que podía salir algo bueno de «Dylan Dog». Sin ser la octava maravilla, el cómic de Tiziano Sclavi tenía su aquél, mezclando de forma peculiar elementos sobrenaturales con historias de detectives. Por su parte, el director Kevin Munroe no había empezado con mal pie, con una aventurilla divertida de las Tortugas Ninja en su haber, mientras que Brandon Routh se perfilaba como una perfecta encarnación del personaje protagonista, que además había demostrado solvencia en su mimetización con Christopher Reeve para el último Superman (ése del que ya nadie se acuerda).

Pero el cóctel requería de algo más. Para empezar, de atrevimiento, de escapar de lo convencional (algo a lo que debería aspirar por principios cualquier incursión en el género fantástico). Dylan Dog lo pedía a gritos por las mismas características de la obra de partida, con un mundo en el que los seres de la noche conviven discretamente con los humanos, un poco a lo «Hombres de negro». Pero cuando alguien -por poner dos nombres, Thomas Dean Donnelly y Joshua Oppenheimer- se dispone a escribir con desgana, tirando de situaciones manidas y falta de imaginación, ocurre un pastiche como el que tenemos ante nosotros. Ya no es que se pierdan ciertos puntos de interés como la ambigüedad del tebeo respecto a la existencia o no del mundo paranormal -algo que el guión se encarga de desmontar desde el primer minuto. Es que falla estrepitosamente a la hora de crear un universo propio, personajes con carisma o una trama que enganche. Sigue leyendo

Red State

(Nota: La siguiente crítica proviene de una breve valoración de la película tras asistir a su proyección en el Festival de Sitges 2011, por lo que el nivel de detalle puede no ser el deseado, dada la distancia en el tiempo.)

El atrevimiento de Kevin Smith es considerable. Tras dedicar su carrera cinematográfica exclusivamente al género de la comedia, realiza un salto al vacío con su última película, una mezcla de géneros un tanto singular (que podría enmarcarse tal vez dentro del suspense) y de la que sale notablemente airoso.

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Las chicas de la sexta planta

Conforme pasa el tiempo, uno piensa que tal vez «Las chicas de la sexta planta» le ha gustado más de lo que merece; puede que sea el tono naif de la propuesta o la consciencia del uso de ciertos estereotipos. Pero los resultados están ahí, y es innegable que la película se ve con gusto, cosa de la que no pueden alardear muchos en estos momentos.

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