Al igual que en las últimas ediciones, la madrugada del domingo al lunes desafiamos la realidad que marcan los usos horarios para ver en directo la ceremonia de entrega de los Premios de la Academia de Cine estadounidense, que este año cumplían 90 efemérides. En esta ocasión, en cambio, no estuvimos tan pendientes de las redes sociales en general y Twitter en particular, pese a lo cual fuimos recopilando algunas notas que podrían conformar una pequeña colección de destacados para hacerse una idea -bastante sui generis– de cómo fue la velada.
Empezamos un rato antes de la ceremonia a chafardear lo que ocurría en la alfombra roja. Pero este año había poca cosa interesante; si acaso, un par de sustos que ilustramos con fotos probatorias.
Cachondeos aparte, daba comienzo una ceremonia que iba camino de ser bastante descafeinada. Lo que no quiere decir que no rascáramos algunos momentos graciosos, ya fuera dentro o fuera de la retransmisión.
A pesar de todo…
En el último tercio de este festival de la arritmia y el coñazo, empezaron a llegar los premios principales, más o menos justos, más o menos previsibles con contadas excepciones:
Y hasta aquí todo. ¿Era la velada prescindible? Posiblemente, pero no nos la podíamos perder. Al fin y al cabo, el cine es lo de menos en estos saraos, y lo más seguro es que reincidamos el año que viene en una experiencia que mezcla como ninguna la tortura y el placer. Cambio y corto.
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