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Crónica Sitges 2021 (VI): Iterar con gracia

Es miércoles, día del espectador en el mundo real, un día más en Sitges. Nos levantamos y, en vez de la décima comedia francesa del año, nos vamos a ver un nuevo thriller llegado de Hong Kong. Es Hand rolled cigarette, primera película de Kin Long Chan y segundo encuentro que tenemos con el veterano actor Gordon Lam este año tras Limbo. En ésta, un soldado retirado se ve inmiscuido en un conflicto mafioso que afecta, cómo no, a un cargamento de droga. Hand rolled cigarette no es ciertamente una película que vayamos a recordar demasiado tiempo, si bien cuenta con ese saber hacer que coloca de forma sorprendente al grueso de cintas de su estilo en la franja de lo competente. Tiene como atractivo extra el abordar a personajes fuera de sitio, unos afectados por la transferencia británica de la región a China en 1997, otros por ser inmigrantes del sur de Asia que -vaya sorpresa- viven como parias en esta jungla de hormigón y asfalto. Aunque no tenga grandes picos, consigue mantener el interés y contiene alguna escena de acción bastante resultona.

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Crónica Sitges 2021 (V): El poder de la carne

Vamos a optar por empezar a ahorrar rollo con respecto a las películas que nos han dejado fríos o fritos, y que empiezan a ser un puñado en esta segunda semana del festival. Por ejemplo, Bob Cuspe – Nós Não Gostamos de Gente, un nuevo stop-motion con buena técnica pero sólo apto para fans del autor de cómics al que homenajea, dado que adolece de falta de escenarios y personajes, lo que la hace caer en la monotonía, rematada por una trama bastante redundante. O Luzifer, un relato de dos personajes aislados en la montaña y en su cerrada espiritualidad, que cuenta con unas actuaciones contundentes en su fisicidad y en lo enfermizo de sus dinámicas, acompañadas de un entorno imponente, pero que está planteada como un auténtico reto para el espectador, para quien la verdadera prueba acaba siendo el simple hecho de aguantar la aridez del metraje hasta el final de la proyección. También vimos Knocking, una pieza minimalista bien ejecutada, pero que acaba siendo un artefacto para lanzar el eslógan ‘yo sí te creo, hermana’, y que nos despierta la inquietud sobre por qué no nos funcionan este tipo de propuestas; la respuesta, pensamos, es tal vez el hecho de que estén construídas con la misión principal de transmitir un mensaje político, ideológico, ético o moral, más que el de contar una historia de la cual el espectador pueda extraer ideas propias. Para acabar con esta batería, Seance, que pese a contar en la dirección con el guionista Simon Barrett (You’re next -2011-, The guest -2014-), resulta una propuesta formulaica, con protagonistas sin carisma y con perenne cara de asco, giros sin gracia, escenas que pierden la fuerza por la boca… Un intento de terror de internado, en cuyas instalaciones no apetece quedarse…

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Crónica Sitges 2021 (IV): La cumbre está a la mitad

Es lo que tienen los festivales: seleccionas algunas películas porque piensas que te van a volver loco, y luego no te parecen para tanto; luego otras que tenías por rellenar pese a la mala pinta, están la mar de bien; y aquellas sobre las que no albergabas especiales expectativas, pueden convertirse en tus favoritas. Es lo que nos pasa cuando asistimos por la mañana a Beyond the infinite two minutes de Junta Yamaguchi, en la que un tendero se enfrenta al descubrimiento de que puede verse en una cámara dos minutos en el futuro. La película está hecha con medios escasísimos (si nos hicieran apostar, diríamos de hecho que es una producción amateur), pero resulta uno de esos casos en los que el talento consigue suplir cualquier carencia. Beyond the infinite… se hace fuerte en sus limitaciones gracias a un guión inteligentísimo y a una muy cuidada puesta en escena. Es graciosa, una estupenda historia de ciencia ficción minimalista, y genera en la sala vibraciones similares a las de aquella ovacionada proyección de One cut of the dead (Shinichirô Ueda, 2017) hace un par de años. Aquella cinta celebraba el proceso y la pasión volcada al hacer una película por modesta que fuera, y esta es una muestra incontestable del resultado cuando se aplica esa pasión con talento.

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