4 alternativas para la Semana Santa

Son días de procesiones, de gente que se va de vacaciones desafiando al mal tiempo, de telefilms bíblicos en la hora menos pensada. Un tanto peculiar, lo de la Semana Santa. Por eso, para los que llevan la procesión por dentro, prefieren esperar un tiempo más fiable para salir de casa, o tienen como mejor perspectiva ver por enésima vez el peplum de turno, proponemos algunas películas que nos permiten imbuirnos de la festividad sin morir en el intento. Ortodoxos abstenerse:

La vida de Brian (Terry Jones, 1979)

Una propuesta que resulta tan evidente por su popularidad y temática, como ineludible por su relevancia y el hecho de que este año celebra su 40º aniversario. La tercera película que protagonizaban los cómicos Monty Python se convirtió también en su incursión cinematográfica más aclamada -seguramente con razón- y criticada -con efectos inversos a lo deseado por sus censores. La historia del Brian protagonista, que corre paralela a la de Jesucristo de forma trágica para él, está plagada de gags para el recuerdo. Cantos rodados, romanos de nombres irrisorios, el Frente Popular de Judea… Y para rematarlo, la mítica ‘Always look on the bright side of life‘. Existen pocas cosas mejores para un día de fiesta.

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El hombre de acero (Zack Snyder, 2013)

Si de un superhéroe se han explotado los posibles paralelismos con la imaginería cristiana, ese ha sido Superman. Ideal por su origen, carácter y poderes para generar momentos a lo Segunda Venida de Cristo, en el cine dicha tentación se ha explotado principalmente bajo la visión de Snyder. Criticada, entre otras cosas, por faltar en ciertos aspectos a la esencia pura y bienhechora del personaje, lo cierto es que, quien sea capaz de tomárselo como una visión personal, no necesariamente canónica y compatible con otras interpretaciones, podrá disfrutar de un espectáculo muy vistoso y estéticamente elaborado. Hiperbólica y no siempre coherente, es en todo caso una película que empieza y acaba en sí misma, lo cual podría explicar en parte el fracaso fílmico de las siguientes paradas del universo DC.

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Últimos días en el desierto (Rodrigo García, 2015)

El retiro de Jesús en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches no ha sido, desde luego, el episodio más retratado de su biografía, posiblemente porque puede resultar difícil extraer un relato atractivo de un hombre ayunando. Pero justo por eso resulta interesante esta propuesta, que practica inevitablemente el minimalismo, pero que cuenta con algunos alicientes importantes. Esto es, la fotografía del gran Emmanuel Lubezki, cuyo gusto por la luz natural casa a la perfección con el tema, y la elección de Ewan McGregor para el papel protagonista, que ejecuta con toda la solvencia y contención que podríamos esperar, impregnándolo de su propia personalidad. Una buena alternativa a los filmes religiosos de siempre.

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El anticristo (Alberto de Martino, 1974)

Había que dar la opción de ponerse un poco sacrílego, y la vía a seguir era clara: una película de posesiones. El estreno de El exorcista (W. Friedkin, 1973) dio pie a la aparición de múltiples cintas de temática similar que aprovecharon su tirón comercial. Y qué mejor lugar que Italia para encontrar a alguien que se tomara en serio su trabajo, por mucho que fuera considerado de serie B. El anticristo no es finalmente un simple producto de explotación, sino que desarrolla personalidad propia como ocurre con otras películas de su director: tiene una protagonista interesante, introduce la temática de la brujería y resulta en definitiva muy entretenida, y resuelta de forma imaginativa. Como curiosidad, la partitura corre a cargo de Bruno Nicolai y el mismísimo Ennio Morricone.

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