El Atlántida ha tenido el acierto de incluir en su programación algunas de las películas que se proyectaron en el Festival de Sitges del año pasado, cosa que aporta color a la selección y que permite descubrir algunas obras destacadas a aquellos que no tuvimos la posibilidad de disfrutarlas en el certamen de referencia.
La mejor muestra de esta zona-degustación de género es sin duda lo último de Sion Sono, «Why don’t you play in hell?«, que ya fue un superéxito en el festival de cine fantástico. El japonés, auténtico hombre-batidora, se encuentra en forma, y su particular homenaje al cine tiene una fuerza incontestable, loca y épica a partes iguales. Aún sin llegar a la matización romántica que sí posee su obra maestra «Love exposure» (2009), esta comedia rebosante de cinefilia, gore, yakuza y amor es una combinación explosiva, disfrutable sin concesiones para cualquier espectador dispuesto a soltarse el pelo. Y, sin duda, no apta para integristas del clasicismo.