Como ya comentamos, una parte importante de este festival se ha dedicado al documental. Y en esta disciplina nos volvemos a centrar, con cuatro películas realizadas allende nuestras fronteras, y con el punto en común de analizar distintos aspectos de la relación que establecemos con el complejo mundo que nos rodea.
La primera parada obligada es «At Berkeley«, lo último de esa leyenda del documental que es Frederick Wiseman. Poco después de comenzar la cinta, que retrata un curso en la vida de esta universidad americana, entendemos por qué se ha implicado el comprometido realizador en este proyecto: «At Berkeley» no es una película sobre la juventud, alegre, liviana e inofensiva. Es una oda al conocimiento, una defensa encarnizada de la importancia de la educación y, aún más, de su carácter público (algo que en EE.UU. no parece abundar, precisamente). Si algo se le puede achacar a este honorable ejercicio de observación, que va intercalando piezas desde distintos puntos de vista, como retazos de una realidad conjunta, es que igual que dura cuatro horas, podría durar dos. O seis. A pesar de ello, conviene pararse a mirarla y reasentar o replantear nuestros valores, mientras nos emocionamos ante el resquicio de esperanza que se abre hacia el futuro, uno que muchos se encargan de estrechar día a día.
Michel Gondry, por su parte, se planta ante uno de los pensadores más importantes del planeta, Noam Chomsky, y lo entrevista en «Is the man who is tall happy?«. Evidentemente, de una charla con tan renombrada figura siempre van a surgir reflexiones valiosas, aunque también es cierto que no siempre consigue el francés sacarle todo el jugo. Se agradece el esfuerzo de Gondry por plantear estas conversaciones desde una óptica personal, y de envolverlo todo con una animación original y diseñada por él mismo. Preguntas y respuestas sobre la percepción del entorno y el lenguaje en una película que, pese a todo, podría ser perfectamente un libro.
La política entra en acción de forma directa, y de ello se encarga Errol Morris en su documental sobre el infame Donald Rumsfeld, «The Unknown Known«, que sirve para acercarnos una figura que lleva muchos más años en el entorno presidencial estadounidense de lo que la mayoría de nosotros conoce. Si bien es cierto que sigue habiendo muchos claroscuros sobre sus acciones, y la sombra de Irak y sus barbaridades planea sobre su cabeza, también lo es que, tal vez por falta de inquisición del entrevistador, Rumsfeld consigue transitar sorprendentemente bien por la película, al punto que la persona de buena fe podría encontrar muy poco a lo que agarrarse para desacreditarlo. Aún con esa percepción inicial de persona gris, se trata sin duda de un personaje mucho más brillante políticamente que la mayoría de nuestros gobernantes. Eso sí, su buena fe es probablemente muy cuestionable.
Por último, resulta estimulante «La Maison de la Radio«, una estancia de un día en Radio France dirigida por Nicolas Philibert, que nos permite constatar una vez más como nuestros vecinos se toman muy en serio todo lo que tiene que ver con sus propios medios y cultura. Nuevamente primando las técnicas ‘no intrusivas’, dedicándose básicamente a observar la actividad en los distintos despachos y estudios que componen la inmensa estación, Philibert nos imbuye con fluidez y austeridad del entorno radiofónico, nos acerca a los profesionales que lo hacen posible y a la riqueza de contenidos que elaboran. Ni más, ni menos.
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