Nadie niega, a estas alturas, que la elección de Joss Whedon para dirigir la película de reunión de algunos de los más grandes superhéroes del universo Marvel ha sido un acierto. Los récords pulverizados, el beneplácito de la crítica y el clima general de bienvenida a tan extraño mejunge así lo atestiguan. Y es que era realmente complicado hacer funcionar un cóctel de personajes tan dispares -tal vez aquí resida su verdadero atractivo- y que ya de forma individual resultan como mínimo improbables. Pero a la vista están los resultados: el objetivo se ha cumplido, y con nota.
El guión, ideado por el propio Whedon, sabe explorar y explotar las relaciones entre los diferentes componentes del grupo -en esta ocasión, y a diferencia de la formación original de los cómics, compuesto por Capitán América, Iron Man, Thor, Hulk, Viuda Negra y Ojo de Halcón. Unos diálogos chispeantes consiguen definir y diferenciar perfectamente a cada uno de los portadores de mallas, acercándolos al espectador y haciendo que éste les coja cariño. Es aquí donde encontramos el mayor valor de la cinta.
En el lado de la acción, que atraerá a la mayor parte del público a las salas, resulta tremendamente inteligente la idea de enfrentar a algunas parejas de titanes como herramienta para mantener el interés por lo que ocurre en la historia y como realización del sueño húmedo de cualquier aficionado (los que son conscientes de ello y los que lo descubren al salir de la proyección). Hay algunos momentos de acción brillante -no solamente la referida a estos enfrentamientos-, que culminan en un magnífico plano secuencia que une definitivamente a los Vengadores luchando como un grupo.
Aún así, la cinta adolece de algunos defectos relativamente importantes. Como ocurre en casi todas las primeras entregas de estas franquicias -la mejor parada en este sentido tal vez sea «Thor» (Kenneth Branagh, 2011)-, el arranque se alarga en exceso. Es lógico teniendo en cuenta la cantidad de personajes a introducir (no sólo los protagonistas, sino el papel ampliado de Nick ‘Samuel L. Jackson’ Furia y la organización S.H.I.E.L.D.) pero no deja de ser un lastre para el conjunto. Este mismo caracter de prólogo resta fuerza al antagonista de turno, que aún encarnado por un estupendo Loki (Tom Hiddleston), no deja de ser una ‘tapadera’ del enemigo real, que queda finalmente desdibujado.
Se revela incluso cierto desequilibrio en el protagonismo de los personajes principales, que va más allá de las limitaciones evidentes en los casos de Viuda Negra u Ojo de Halcón -héroes que, al fin y al cabo, no cuentan con superpoderes, pero que consiguen aparecer sorprendentemente bien balanceados dentro del equipo. Y es que resulta claro que Iron Man es el rey de la función, tal vez gracias a la encarnación del supercarismático Robert Downey Jr. y/o a que su armadura hace que al actor se le brinden más primeros planos que al resto de sus compañeros.
Pero tampoco nos engañemos: el carisma de Iron Man es de lo más gozoso, todo el mundo queda encantado con el papel de Hulk (el personaje de la Casa de las Ideas que menos éxito ha tenido en cine), Scarlett Johansson resulta ser una convincente heroína de acción… Virtudes no faltan, aunque también se echen de menos algunas secuencias con una resolución visual más original -y buenas muestras de ellas las hay a lo largo de la cinta.
Así pues, ¿es «Los Vengadores» la película de superhéroes definitiva, tal y como proclaman la mayor parte de medios? Podría decirse que conceptualmente sí. Pero en cuanto a resultados, la que tiene el potencial para convertirse en valedora de tal título será su secuela, si consiguen pulirse las aristas de esta primera entrega. El camino está abierto, existe sobrado material para continuar la historia y solamente hace falta que Whedon cumpla su loable palabra de no intentar un ‘más difícil todavía’. Si lo consigue, se ganará su lugar en el Olimpo superheroico. Al fin y al cabo, aún estamos pendientes de escuchar en pantalla la frase mítica que apostillaría esa culminación, proclamada en medio del fragor de una batalla: ‘¡Vengadores, reuníos!’.
A mí los arranques lentos en estas películas me funcionan. Se hace menos chocante ver a un tío en mallas si lo introduces lentamente. Batman Begins tenía un gran punto a favor en eso, y IronMan también. También puedes optar por lo opuesto y meterte de lleno en Oa, con todo el kitsch a favor XD
Por cierto, que Thor la vi al día siguiente y me pareció bastante mediocre. Es verdad que los diálogos son buena parte de la gracia de la cinta; en ese sentido, estoy esperando que Kevin Smith coja el relevo XD
Yyyyy Whedon rodó MEDIA horaca más de escenas que en cine no salieron.
Creo que el que entra a ver «Los Vengadores» va plenamente mentalizado de la densidad de mallas. Las intros están bien y los arranques lentos también pueden ser interesantes, pero aquí, donde en realidad el ritmo que se imprime a la película es rápido, da la sensación de que el aparato en general pesa demasiado.
A mí «Thor» (y soy consciente de que no es la opinión generalizada), me parece de lo mejor que ha salido de Marvel Studios, una propuesta diferente de todo el resto de superhéroes y con un rollo de intriga palaciega y mundos fantásticos que añoraba en el cine.
Sobre Kevin Smith, si me lo hubieras dicho hace un año, te hubiera respondido que tal vez no estaba preparado para las escenas de acción, pero visto «Red State» tal vez pudiera ser una buena opción si se pone las pilas. En la parte de diálogos sería genial sin duda. Aún así, yo apuesto por Whedon revalidando. Y Smith que se curre el guión, si me apuras.
PD. Esa media hora ya han anunciado que se verá en el DVD, aunque no se sabe si integrado en la película o como escenas eliminadas.